Como es lógico pensar curar la gingivitis es mucho más sencillo que curar la periodontitis, ya que la primera afecta únicamente a la encía mientras que la segunda daña los tejidos interiores llegando hasta la estructura ósea que soporta la pieza dental.
Tratar la gingivitis es vital para la salud de nuestra boca, ya que la gingivitis es una problema de periodoncia que lleva a las encías a estar enfermas. Esto se puede deber a tres situaciones:
Una acumulación de bacterias (sarro) alrededor de la encía debido a una mala limpieza de dientes y a la no realización de las revisiones en el dentista correspondientes (recordad que la profilaxis hay que realizarla cada 8 o 10 meses).
Un cepillado dental demasiado fuerte que se lastima la encía, esto puede hacer que la encía se retraiga, y crear mayores problemas de gingivitis. En nuestra tienda online Athenadental puedes ver todos los pieza de mano dental, Lámpara de blanqueamiento dental, turbina dental, Lámpara de fotocurado, los cuales facilitarán tu trabajo en tratamientos dentales.
Realización de una mala ortodoncia, con movimientos excesivos que hagan que los dientes se muevan en exceso, esto puede también provocar la gingivitis. Si no se trata a tiempo esto puede convertirse con el tiempo en periodontitis.
Primero para tratar la gingivitis se elaborará un diagnóstico preciso de lo que el paciente necesita.
Después elaborar unas instrucciones de higiene dental específicas para problemas de gingivitis: cepillos interproximales, hilo dental, cepillado dental manual y eléctrico, enjuagues bucales específicos (en los casos en los que la gingivitis sea muy acusada se requerirá un enjuague de clorexidina)…
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Sin embargo, en ocasiones, cuando la enfermedad ha avanzado en demasía, hay que realizar una segunda fase del tratamiento, que se llama cirugía periodontal, que consiste en un raspado pero de las zonas más profundas, para conseguir limpiar las bolsas periodontales situadas muy debajo de las encías.
El problema es que a pesar de que se haya limpiado de bacterias toda la zona, éstas tienden a volver a aparecer por lo que comienza la fase de mantenimiento. En ésta el especialista debe de revisar periódicamente la evolución de la enfermedad, con una periodicidad que oscilará entre los 3 y 6 meses, en función de la gravedad de cada caso y de la evolución particular de cada paciente.