Cuando nos cepillamos los dientes, la mayoría de personas tendemos a olvidarnos de una parte de nuestra boca fundamental para completar la higiene diaria: la lengua.
Y es que aunque muchos de nosotros no prestemos atención a este punto, la correcta limpieza de la lengua es muy importante ya que ésta es la parte del cuerpo que más bacterias acumula.
Mantener los dientes y las encías sanos es fundamental para lucir una sonrisa sana y radiante. Pero a menudo en la rutina de higiene nos olvidamos varias zonas de mucha importancia en la cavidad oral. Algunas de ellas son los espacios entre los dientes y la lengua. ¿Cómo realizar una buena limpieza lingual?La lengua suele ser la gran olvidada durante la limpieza bucodental. No limpiar con profundidad la lengua es un error común, aunque de gran importancia ya que la lengua almacena sólo en su superficie decenas de familias distintas de bacterias. También está relacionada con la halitosis. De hecho, mantener la lengua limpia es clave para evitar el mal aliento, así como la acumulación de placa bacteriana.
Una lengua sana tiene un aspecto rosado. En otros casos tiene un aspecto blanco, una señal de que algo no va bien. En general, el tono blanco en la lengua se debe a problemas gástricos, la candidiasis o bien una higiene oral deficiente. Además la lengua puede verse perjudicada por hábitos como el tabaquismo, que altera el sentido del gusto y altera la superficie lingual. Entonces, ¿Cómo limpiar bien la lengua?
Consejoss para una buena limpieza lingual
1. Limpiadores linguales. Son herramientas diseñadas específicamente para limpiar la lengua. Se suelen adaptar a la superficie lingual, de modo que se puede raspar de forma suave para eliminar los restos de bacterias.
2. Irrigador bucal. Es otro gran aliado para limpiar la lengua. Aunque su uso concreto suele ser eliminar los restos de alimentos y bacterias incrustados entre dientes o la superficie dental, el irrigador bucal también sirve para limpiar la lengua.
3. Colutorio. El uso de enjuague bucal después del cepillado es muy recomendable, ya que alcanza zonas de difícil acceso con el cepillo: espacios interdentales, la línea de las encías, y la parte posterior de la lengua.
4. Cepillo. Para limpiar la lengua también se puede usar el cepillo. La clave está en raspar la superficie de forma suave para no dañarla, mediante movimientos verticales de atrás hacia adelante. De hecho hay algunos cepillos que incluyen un pequeño raspador en su reverso para la limpieza lingual. Se recomienda limpiar la superficie lingual después del cepillado dental.